viernes, 11 de marzo de 2011

La Sangre de mi Vientre.

 Te felicito, ya eres toda una mujer, ahora puedes multiplicar al mundo o dividirlo.
Eres responsable de servir de taza para que otros puedan tomar y dejar la borra de café en tu cuerpo que cambiara tu vida, la detendrá y dará paso a otra.

Te sentirás en un estado de repudio continuo por casi todo y no lograras explicarte el porqué de muchas cosas. Tus peores compañías serán: la ira irremediable de tener que enfrentar un estado hormonal incompetente e irritable, verte al espejo y mirar las mínimas imperfecciones que tal vez nadie notaria, la hermosa marca de sensibilidad femenina que nos caracteriza se agudiza más, entre lagrimas y recuerdos banales. Y  una inexplicable ansiedad de alimentar una sed hambrienta antes y después del fluido.


Cuatro, cinco, siete, diez, seis, una cuenta no tan regresiva que marcas cada mes en tu calendario y que muchas veces no sabras el día exacto en que vendrá a visitarte la golondrina con sus cantos que te avisan en las ventanas de tu vientre que despiertes o grites porque ya llegó o tal vez no esta.